La insuficiencia renal es una de las comorbilidades más prevalentes en los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica1. Alrededor del 40-50% de los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica asocian algún grado de insuficiencia renal2. La coexistencia de ambas situaciones dificulta el tratamiento y confiere un peor pronóstico, lo que supone un verdadero reto desde el punto de vista clínico. Partiendo de esta relación bidireccional, durante años se han hecho esfuerzos cada vez mayores para intentar integrar ambas entidades dentro de un espectro clínico común conocido como síndrome cardiorrenal (SCR)3.
Aunque el interés y las publicaciones sobre esta entidad han evolucionado significativamente en los últimos años4, el enfoque combinado multidisciplinar del SCR todavía es deficitario en nuestro medio, y la falta de un abordaje integral y coordinado deriva a menudo en estrategias parciales e incluso antagónicas debido a una perspectiva no holística del síndrome cardiorrenal.
La unidad cardiorrenal se define como el conjunto de intervenciones coordinadas y multidisciplinares diseñadas para estabilizar, enlentecer o incluso revertir la progresión del SCR, y surge como modelo asistencial para cubrir estas limitaciones y mejorar la atención y el abordaje clínico integral de los pacientes con SCR.
Con el fin de evaluar la implementación actual y las características de estas unidades en el ámbito hospitalario en España, desde el grupo de trabajo de síndrome cardiorrenal y estrategias de tratamiento de la congestión de la insuficiencia cardiaca, de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), hemos realizado un estudio observacional descriptivo transversal, cuyo objetivo final es conocer las necesidades asistenciales y áreas de mejora en la atención del paciente con SCR en nuestro territorio. Dado que el objetivo inicial de la encuesta fue evaluar la situación actual del proceso con un fin organizativo, no se consideró evaluación previa por el comité de ética de investigación.
Se diseñó una encuesta que se remitió por correo electrónico a los responsables de las 69 unidades de insuficiencia cardiaca (UIC) acreditadas actualmente por la SEC. La inclusión de toda la información se llevó a cabo en enero y febrero de 2021.
La encuesta constaba de 11 ítems englobados en estos 4 apartados: a) nivel tecnológico del hospital; b) tipo de UIC (comunitaria, especializada, avanzada)5; c) características de la unidad (disponibilidad de enfermería y servicios involucrados); y d) presencia de: unidad cardiorrenal; protocolos de actuación conjunta cardiología-nefrología-medicina interna; referentes de nefrología para pacientes con IC; y diálisis peritoneal para tratamiento de la congestión refractaria. De las 69 unidades de IC consultadas, 59 (85%) respondieron a la encuesta (fig. 1).
A: hospitales que participaron en el estudio: CAU: Complejo Asistencial Universitario; CH: Complejo Hospitalario; CHU: Complejo Hospitalario Universitario; H: Hospital; HCU: Hospital Clínico Universitario; HG: Hospital General; HGU: Hospital General Universitario; HU: Hospital Universitario.
B: especialidades involucradas en las unidades de insuficiencia cardiaca. N: número de unidades de insuficiencia cardiaca.
En función del nivel tecnológico, se incluyeron 38 hospitales de tercer nivel (64%), 16 de segundo nivel (27%) y 5 de primer nivel (9%). Respecto al tipo de unidad, el 59% de los hospitales cuenta con una UIC especializada, el 27% son unidades de IC avanzada y el 14% UIC comunitaria. La organización de estas estructuras es heterogénea. El 63% cuenta con enfermería especializada a tiempo completo, y las especialidades involucradas en las unidades de IC son variables, con solo un 30% de participación del servicio de nefrología (fig. 1).
Respecto al proceso cardiorrenal, únicamente 6 (10%) de las UIC consultadas disponen de unidad cardiorrenal específica en la actualidad. Además, el 71% de los hospitales carecen de protocolos de actuación conjunta entre los servicios involucrados en la atención del paciente con SCR (cardiología, nefrología y medicina interna). El porcentaje de nefrólogos referentes para pacientes con IC es más elevado y está presente en el 67% de los hospitales. Por último, este cuestionario refleja que la diálisis peritoneal se ha posicionado como opción terapéutica de la congestión refractaria y está disponible en el 88% de las unidades. La figura 2 resume los aspectos anteriores y otros aspectos del proceso asistencial cardiorrenal en las UIC.
Estos resultados muestran que los modelos de atención específicos para la prevención y seguimiento conjunto (cardiólogo/internista/nefrólogo) del SCR a nivel institucional están todavía en desarrollo en nuestro entorno.
A pesar de que hay limitaciones inherentes a la complejidad organizativa a la hora de ejecutar la atención conjunta de los pacientes crónicos en cada área sanitaria, pensamos que la implementación de las unidades cardiorrenales podría mejorar el curso clínico de los pacientes con SCR, un grupo creciente de pacientes en los que un abordaje multidisciplinar y especializado se nos antoja necesario dada su complejidad y mal pronóstico.
Por ello, desde el grupo de trabajo cardiorrenal de la SEC, tenemos como objetivo prioritario desarrollar líneas de trabajo que potencien el desarrollo de estas unidades, ofreciendo un modelo más eficiente que garantice la continuidad asistencial, mayor capacidad de respuesta y la reducción de la variabilidad clínica, además de establecer indicadores de calidad y resultado.
FinanciaciónNinguna.
Contribución de los autoresM. Cobo: concepción y diseño del estudio, adquisición de datos y análisis e interpretación; redacción del artículo; aprobación final de la versión; acceder a asumir responsabilidades sobre todos los aspectos del artículo y a investigar y resolver cualquier cuestión relacionada con la exactitud y veracidad de cualquier parte del trabajo. J. Núñez: concepción y diseño del estudio y análisis e interpretación; redacción del artículo y revisión crítica de su contenido intelectual; aprobación final de la versión; acceder a asumir responsabilidades sobre todos los aspectos del artículo y a investigar y resolver cualquier cuestión relacionada con la exactitud y veracidad de cualquier parte del trabajo. R. de la Espriella, M. González Rico, J.L. Górriz y M.J. Soler: concepción y diseño del estudio; revisión crítica de su contenido intelectual; aprobación final de la versión; acceder a asumir responsabilidades sobre todos los aspectos del artículo y a investigar y resolver cualquier cuestión relacionada con la exactitud y veracidad de cualquier parte del trabajo.
Conflicto de interesesM. Cobo ha recibido honorarios de consultoría y ponencias de Vifor Pharma, Boehringer Ingelheim y Astra Zeneca. J. Núñez ha recibido honorarios de consultoría y ponencias de Vifor Pharma y Astra Zeneca. J.L. Górriz ha recibido honorarios por consultoría y ponencias de Vifor Pharma, Boehringer Ingelheim, Mundipharma, Novonordisk y Astra Zeneca. M.J. Soler ha recibido honorarios de consultoría o ponencias de Vifor Pharma, Astra Zeneca, Boehringer Ingelheim, Mundipharma, Esteve, Fresenius y Novartis Los otros autores no declaran ningún conflicto de intereses relativo a este manuscrito.