Agradezco las cartas recibidas en relación con mi artículo «Filosofía para residentes y otras especies»1, publicado recientemente en REC: CardioClinics.
Quizás no me expresé bien o alguien no ha entendido el mensaje que quería trasmitir. La intención del artículo era exponer una opinión sobre la importancia de valores que siguen vigentes, por mucho que quieran negarse. No pretendía ser categórico. Cada persona, y solo ella, debe establecer sus prioridades y tomar sus decisiones. Por otra parte, las mejoras conseguidas en las condiciones laborales ni pueden perderse ni son suficientes y deben seguir avanzando, sin excusa.
Dicho esto, la sociedad actual es muy competitiva, incluyendo la profesión médica. Para empezar a estudiar Medicina no hace falta sólo vocación, difícil de valorar. ¿Qué parte de la medicina atrae a alguien joven? Ayudar desinteresadamente a los demás, el empleo de tecnología llamativa en documentales, el ejemplo de algún médico conocido, ganar dinero con la desgracia de los enfermos, reconocimiento o prestigio social o científico, luchar contra natura para prolongar y mejorar la calidad de vida, curiosidad por averiguar lo desconocido de la enfermedad… Cualquiera que sea la razón, la carrera de Medicina es una de las más buscadas y de más difícil acceso, más aún en una universidad de prestigio. Y, al terminar, empieza otra vez la lucha para conseguir una plaza de residente en un hospital bueno, si es posible en la especialidad elegida. Cuando se completa la especialidad, otra vez a competir. Y no termina nunca, porque el conocimiento queda obsoleto pronto, hay que mantenerse al día y, en el futuro próximo, quizá recertificarse.
Es difícil ignorar que el esfuerzo, la dedicación y el interés desempeñan un papel importante para alcanzar el objetivo elegido. Eso a igualdad de condiciones, porque el grado de inteligencia, actitud, memoria, capacidad de trabajo y necesidad de horas de sueño, y la existencia de otras obligaciones, no son iguales para todos.
Otro tema es el descanso, con el manido ejemplo del conductor de autobús. ¿Debe estar limitada la jornada laboral de un médico a unas horas? ¿A cuántas? ¿Puede trabajar en dos sitios diferentes sumando horas? ¿Quién no ha trabajado cansado? ¿Cómo se mide el cansancio incapacitante? ¿Es diferente en cada persona? Es un tema muy importante, pero sin solución fácil.
Los residentes desempeñan un papel fundamental en los hospitales, sobre todo por motivos diferentes a su actividad asistencial. Sí, el sistema de residencia necesita actualizarse, por muchos motivos. Por el espacio disponible, solo mencionaré uno: con excepciones anecdóticas, todo médico que empieza la residencia la termina, sin distinción entre compañeros. Injusto para quienes adquieren más conocimientos, habilidades y mejor actitud con el enfermo.
En el fondo, hay tres mensajes sencillos: uno, aprovechar el tiempo; dos, compararse con quienes son mejores que uno mismo; tres, el valor de cada uno, y de las instituciones, es el de las personas de las que han sabido rodearse.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno para este artículo.