La disnea persistente tras la enfermedad coronavírica de 2019 (COVID-19) es un motivo frecuente de consulta en los últimos meses. Los sanitarios han sido uno de los grupos más afectados debido a su labor en primera línea1. En su fase aguda, la infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2 (SARS-CoV-2) presenta un variado espectro de síntomas, normalmente leves o moderados (fiebre, tos, disnea…) y cursa en más del 90% de casos sin hospitalización2. Sin embargo, los síntomas persistentes tras la COVID-19, como la disnea, son frecuentes y, hasta el momento, de mecanismo desconocido.
La ergoespirometría es la técnica de referencia en el diagnóstico diferencial de la disnea de origen desconocido y podría ser útil en la evaluación de los pacientes tras la infección por SARS-CoV-2, un contexto en el que hasta ahora no se ha valorado. Nuestro objetivo fue analizar los parámetros de la ergoespirometría en pacientes con disnea persistente tras la COVID-19.
Realizamos un estudio unicéntrico y prospectivo incluyendo a sanitarios que padecieron la COVID-19 con síntoma leves o moderados, sin hospitalización, entre marzo y diciembre de 2020, que presentaban disnea de esfuerzo persistente tres meses tras la infección, sin cardiopatía estructural (ecocardiograma normal) o patología pulmonar (radiografía de tórax, espirometría y, en pacientes dudosos, tomografía computarizada de alta resolución normal). A todos se les realizó una ergoespirometría en tapiz.
Las variables continuas se describen como media±desviación estándar y como mediana [rango intercuartílico]. Algunas variables como el consumo de oxígeno (VO2), la pendiente de eficiencia del consumo de oxígeno (OUES) y el pulso de oxígeno (PulsoO2) han sido también cuantificadas como porcentaje (%) de su predicho de acuerdo con las ecuaciones de Gläser para la población europea3. Se compararon utilizando las pruebas de la U de Mann-Whitney o la de la t de Student, según su normalidad. Las variables categóricas se expresaron como porcentaje y se compararon utilizando las pruebas de Fisher o de χ2. El programa utilizado fue el Stata IC/15 (Estados Unidos). El comité ético de nuestro centro aprobó el estudio y los participantes firmaron el consentimiento informado.
Se incluyó a 64 pacientes —la mayoría personal de enfermería (71,9%)— previamente sanos, laboralmente activos, sin hábito deportivo y sin disnea previa a la infección, que referían deterioro funcional desde la enfermedad. Se excluyó a siete sujetos por presentar cardiopatía estructural no conocida. Ningún paciente tenía enfermedades crónicas ni osteomusculares (tabla 1)
Características basales y pruebas diagnósticas pulmonares
Total poblaciónn=57 pacientes | VO2 (% predicho) <100%n=32 pacientes | VO2 (% predicho)> 100%n=25 pacientes | p | |
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Características epidemiológicas | ||||
Edad (años) | 41,4 [38,7-47,9] | 41,4 [38,7-48,7] | 42,2 [38,7-46,3] | 0,86 |
Mujeres | 35 (61,4) | 21 (65,6) | 14 (56,0) | 0,46 |
IMC (kg/m2) | 27,4±5,5 | 28,4±5,9 | 26,2±4,6 | 0,13 |
Tabaquismo | 9 (15,7) | 5 (15,6) | 4 (16) | 0,91 |
Hábito enólico (g de etanol/día) | 8,4 | 8,5 | 8,2 | 0,88 |
Actividad física* (min/semana) | 2.520 | 2.530 | 2.505 | 0,89 |
Actividad deportiva (min/semana) | 0 | 0 | 0 | 1 |
Patología osteomuscular | 0 | 0 | 0 | 1 |
Espirometría | ||||
Tipo de patrón | 0,25 | |||
Normal | 54 (95) | 29 (90,6) | 25 (100) | |
Restrictivo | 3 (5) | 3 (9,4) | 0 (0,0) | |
Obstructivo | 0 | 0 | 0 | |
FEV1 (% del predicho) | 94,2 | 92,6 | 95,8 | 0,89 |
FVC (% del predicho) | 97,1 | 97,4 | 98,2 | 0,92 |
Índice de Tiffenau (% del predicho) | 98,7 | 96,4 | 99,6 | 0,90 |
TAC de alta resolución | ||||
Realizado (% sobre el total) | 43 (75) | 25 (78) | 18 (72) | 0,49 |
Normal (% sobre realizados) | 43 (100) | 25 (100) | 18 (100) | 1 |
FEV1: volumen espirado máximo en el primer segundo de la espiración forzada; FVC: capacidad vital forzada; IMC: índice de masa corporal; TAC: tomografía computarizada; VO2: consumo de oxígeno.
En la tabla 2 se recogen los resultados más representativos. Más de la mitad (32 pacientes, 56,1%) presentaron una capacidad funcional inferior a la predicha, destacando un VO2 pico del 79% (desviación estándar±14,0%) del predicho, que supone una capacidad funcional ligeramente deprimida. En este subgrupo se objetiva un VO2 en umbral VT1 del 51,1% (desviación estándar±4,2%) sobre el predicho —límites bajos de la normalidad— y un PulsoO2 (reflejo del volumen sistólico) y OUES en rangos normales. La potencia circulatoria estaba también disminuida. La frecuencia cardiaca basal fue mayor y tres pacientes presentaron excesiva taquicardización (superior a 140 lpm) durante el calentamiento.
Ergoespirometría
Total poblaciónn=57 pacientes | VO2 (% predicho) <100%n=32 pacientes | VO2 (% predicho)> 100%n=25 pacientes | p | |
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Esfuerzo realizado | ||||
Tiempo de ejercicio | 9 min 05 s±2 min 12 s | 8 min 13 s±1 min 52 s | 10 min 12 s±1 min 58 s | <0,001b |
Prueba máxima | 49 (86,0) | 24 (75,0) | 25 (100) | 0,001b |
RER pico | 1,11±0,11 | 1,11±0,12 | 1,12±0,10 | 0,68 |
Respuesta cardiovascular | ||||
VO2 pico (ml/min/kg) | 28,7±10,0 | 22,8±6,3 | 36,3±8,8 | <0,001b |
VO2 pico (% predicho) | 95,9±29,8 | 79,0±14,0 | 117,0±15,8 | <0,001b |
Pulso O2 pico (ml/latido) | 13,2±4,9 | 11,1±2,9 | 15,9±5,7 | <0,001b |
Pulso O2 pico (% predicho) | 109,4±23,3 | 94,0±14 | 129,7±17,2 | <0,001b |
VO2 en VT1 (% predicho) | 59,1±15,5 | 51,1±4,2 | 69,7±14,1 | <0,001b |
OUES (% predicho) | 1,04 [0,9-1,17] | 0,95 [0,82-1,12] | 1,14 [1,04-1,29] | <0,001b |
% VO2 en min. 2R respecto VO2 pico | 0,43 [0,4-0,46] | 0,45 [0,43-0,51] | 0,40 [0,38-0,43] | <0,001b |
Potencia circulatoriaa (ml/min/kg*mmHg) | 4.848,8±1.946,7 | 3.837,1±1.441,8 | 6.143,8±1.745,3 | <0,001b |
Eficiencia ventilatoria | ||||
VE/VCO2 slope | 28,6±4,2 | 29,1±4,3 | 28,0±3,9 | 0,33 |
PETCO2 basal (mmHg) | 31,6±3,6 | 31,1±3,7 | 32,3±3,4 | 0,21 |
PETCO2 en VT1 (mmHg) | 36,4±3,9 | 35,1±3,8 | 38,0±3,3 | 0,003b |
PETCO2 en carga máxima (mmHg) | 34,5±4,1 | 33,1±3,8 | 36,3±3,8 | 0,002b |
VEVCO2 en VT1 | 30,0±3,6 | 31,0±3,4 | 28,8±3,4 | 0,02b |
VEVO2 carga máxima | 35,4±5,1 | 36,7±5,6 | 33,8±4,0 | 0,03b |
Ventilación | ||||
Reserva respiratoria (%) | 29 [14-43] | 35,5 [22,5-50] | 17 [1-32] | 0,02b |
Isquemia o arritmias | ||||
Electrocardiograma (+) para isquemia | 0 (0,0) | 0 (0,0) | 0 (0,0) | NA |
Clínica (+) para isquemia | 0 (0,0) | 0 (0,0) | 0 (0,0) | NA |
Gases (+) para isquemia | 0 (0,0) | 0 (0,0) | 0 (0,0) | NA |
Arritmias | 3 (5,3) | 3 (9,4) | 0 (0,0) | 1,00 |
Variables hemodinámicas | ||||
FC basal (lpm) | 87,3±13,2 | 92,2±12,6 | 81,1±11,4 | 0,001b |
FC final (lpm) | 165 [157-174] | 164.5 [154-174,5] | 165 [161-171] | 0,43 |
IRFC (lpm) | 17,9±7,6 | 17 | 19,6±7,7 | 0,19 |
PAS basal (mmHg) | 132,0±13,0 | 132,8±14,8 | 131,0±10,5 | 0,62 |
PAS final (mmHg) | 160 [160-180] | 160 [153-180] | 166 [160-170] | 0,45 |
SatO2 basal (%) | 98,1±0,8% | 98,0±0,9% | 98,3±0,9% | 0,17 |
SatO2 final (%) | 97,3±0,7% | 97,3±0,8% | 97,2±0,7% | 0,83 |
2R: minuto 2 de la recuperación; FC: frecuencia cardiaca; IRFC: índice de recuperación de la frecuencia cardiaca; O2: dioxígeno; OUES: oxygen uptake efficiency slope (pendiente de la eficiencia del consumo de O2); PAS: presión arterial sistólica; PETCO2: presión tele-espiratoria de CO2; RER: respiratory exchange ratio (cociente respiratorio); SatO2: saturación de oxígeno; VO2: consumo de oxígeno; VT1: primer umbral ventilatorio; VE/VCO2 slope: pendiente de la relación entre la VE y el VCO2; VEVCO2: equivalente ventilatorio del CO2; VEVO2: equivalente ventilatorio del O2.
Globalmente, en el total de los pacientes, no se observaron alteraciones en los parámetros de eficiencia ventilatoria (reflejo de la ventilación/perfusión) ni en la espirometría basal, reserva respiratoria (BR) o saturación de oxígeno (SatO2). No existían diferencias entre el índice de masa corporal o el tabaquismo de ambos subgrupos. Más del 86% de las ergoespirometrías alcanzaron criterio de maximalidad (RER> 1,1)
En nuestra cohorte, la ergoespirometría ha identificado que más de la mitad de los enfermos presentan deterioro de la capacidad funcional, siendo la mayoría mujeres. No se han evidenciado alteraciones ventilatorias o cardiacas como responsables de dicho deterioro. Previamente ambos subgrupos hacían un nivel similar de actividad física, pero el subgrupo con mayor deterioro funcional tenía una leve tendencia a un mayor sobrepeso, pudiendo suponer que éste puede implicar un mayor riesgo de deterioro funcional tras la COVID-19.
La combinación del patrón observado en nuestra serie de un VO2 pico ≤ 80% del predicho, un VO2 en VT1 en límites bajos, un PulsoO2 y una OUES normal (que refleja la integridad de la función de bomba del corazón) y la ausencia de alteraciones en los parámetros de eficiencia ventilatoria en presencia de disnea se visualiza habitualmente en pacientes con desacondicionamiento físico u obesidad, y es secundario a alteraciones en la utilización periférica del oxígeno, fundamentalmente a nivel muscular4–6. Por tanto, no es descartable un potencial efecto miopático del virus como responsable del deterioro funcional de los pacientes tras la COVID-19.
Se trata del primer estudio prospectivo que evalúa de forma objetiva el deterioro funcional persistente en pacientes que padecieron COVID-19 con síntomas de intensidad leve a moderada y sin necesidad de ingreso hospitalario. Las principales limitaciones de nuestro estudio radican en el número de pacientes incluidos, una mayoría de mujeres reclutadas y no disponer de una ergoespirometría previa, limitación difícil de suplir dado el carácter emergente de la pandemia.
En conclusión, en pacientes que han padecido COVID-19 el deterioro funcional existe y es cuantificable mediante ergoespirometría, reafirmando el valor de esta técnica. Los programas de ejercicio físico terapéutico, especialmente aquellos que combinen entrenamiento aeróbico y de fuerza, podrían desempeñar un papel clave en el proceso de recuperación de los pacientes, en la mejoría de su capacidad funcional y, por ende, de su disnea.
FinanciaciónNo existe ninguna financiación externa relacionada con el estudio.
Contribución de los autoresLos autores aceptamos la plena responsabilidad del contenido y cumplimos con cada una de las características, tal como lo define el InternationalCommittee of Medical Journal Editors.
Conflicto de interesesNo existen conflictos de interés.
Los autores agradecen a Manuel Gallango Brejano su colaboración en el desarrollo de este estudio.